Descalcificador, sistema antical, descalcificación
EPÍGRAFES
1.- Problemas de la cal, minerales y productos
químicos en el agua.
2.- Funcionamiento del catalizador-ionizador para
agua.
3.- El cloro en el agua y su comportamiento con
el catalizador-ionizador.
ESTOS SON LOS PROBLEMAS QUE DEJA EL
AGUA:
CAL: Forma incrustaciones que producen manchas y
obturaciones; bloquean válvulas y espitas; recubren resistencias, serpentines y
calderas; e inutilizan las instalaciones.
CORROSIÓN:
Causada por la agresividad oxidativa del agua sobre los aparatos e
instalaciones metálicas, produciendo picaduras, tubérculos superficiales
internos y color óxido.
MAL
SABOR: Debido al cloro y otros gases que el agua lleva, y por la acción del
agua sobre las conducciones de plástico o de metal; afecta en la bebida y en la
preparación de alimentos.
CLOROSIS:
El exceso de sales minerales en el agua de riego altera la disponibilidad de
nutrientes para las plantas, dificultando su crecimiento, causando amarillez y
puntas quemadas.
El agua de lluvia (H20) al caer disuelve el
dióxido de carbono (CO2) y los suelos ricos en sales de calcio como el
Carbonato (CaCO3) y el sulfato de calcio (CaSO4), el sílice (SiO3), la alúmina
(AlO3) y otros, dan origen a una disolución con propiedad CEMENTOSA.
La influencia de la temperatura sobre el Producto de Solubilidad de los iones
calcio (Ca++) y carbonato (CO3) se expresa según: KPS =1/109 A 25 ºC y este producto
disminuye con el aumento de temperatura.
Un proceso similar ocurre con otras
sales cuyos carbonatos se comportan como el magnesio (Mg++) De forma paralela,
el proceso de acidificación se incrementa por vía antinatural con la
descomposición de numerosas materias orgánicas, que se ponen en contacto con el
agua a poca profundidad.
Toda el agua de que normalmente
disponemos y utilizamos contiene en disolución elementos minerales, entre los
cuales, los de origen calcáreo tienen una fuerte tendencia a precipitar en
forma de INCRUSTACIONES con un gran poder de adhesión. Para evitar o retardar
estos fenómenos es necesario estabilizar el agua, es decir, hacer que las sales
permanezcan en suspensión y no precipiten durante todo su proceso de
utilización.
Los
minerales en el agua representan un problema sólo cuando se juntan y se
depositan en las tuberías, produciendo incrustaciones y corrosión a través de
los gases corrosivos atrapados por ellos.
Estos
ligantes minerales (sílice, alumina, sulfatos, carbonatos, etc…) en condiciones
“normales” del agua, sufren de una insuficiencia crónica de electrones, que los
hace unirse entre ellos para compartir sus nubes incompletas de electrones, y
adherirse luego a cualquier superficie que pueda tener una insuficiencia menor
de electrones que ellos.
Al
unirse, normalmente atrapan artificialmente dentro de ellos gases corrosivos
(como oxígeno disuelto, dióxido de carbono, cloro) que, una vez depositados en
las tuberías, producen corrosión subyacente.
FUNCIONAMIENTO
DE UN CATALIZADOR-IONIZADOR PARA AGUA
El
catalizador-ionizador para agua sin mantenimiento es un acondicionador de agua,
y no un aparato de tratamiento para quitar la dureza y los minerales del agua,
ni un filtro o sistema de magnetos. Está
construido de materiales semipreciosos y es, realmente, un convertidor
catalítico instalado en una línea de conducción de agua.
Cuando
el agua fluye a través de su núcleo interno patentado, la influencia negativa
de los ligantes minerales del agua desaparece, eliminando la cohesión existente
entre las moléculas minerales por falta de electrones.
El
catalizador-ionizador provee al agua de electrones, reduciéndose así su
deficiencia. Este simple cambio
electroquímico anula los ligantes productores de depósitos (sílice, alúmina,
sulfatos, carbonatos, etc….). De esta
manera las partículas minerales pueden fluir a través del sistema de tuberías
sin interferir negativamente en el mismo.
Los
gases corrosivos (02, CO2, C12, etc..), atrapados artificialmente entre las
partículas minerales, son liberados durante el proceso catalítico, y expulsados
a través del agua como burbujas inofensivas, sin causar la espuma corrosiva en
las tuberías. Finalmente estos gases son
evacuados a la atmósfera cuando el agua sale por los grifos.
De
esta manera simple y natural el catalizador-ionizador para agua equilibra la
reacción química bicarbonato-carbonato.
Esta reacción y su equilibrio están estrechamente vinculados con el
índice de Saturación de Langelier, que nos muestra las propiedades del agua,
sean corrosivas o incrustantes.
El catalizador-ionizador para agua,
hace que el índice de saturación de Langelier se estabilice, y que la reacción
bicarbonato-carbonato se equilibre (1s=o).
Bajo estas condiciones se formará una película microscópica de carbonato
sobre la tubería, que no aumenta ni disminuye con el tiempo, defendiéndola de
los agentes corrosivos del agua. Por
otro lado, el equilibrio de la reacción bicarbonato-carbonato no permite que
aumente la precipitación de carbonatos.
EL CLORO EN
EL AGUA Y SU FUNCIONAMIENTO CON EL CATALIZADOR PARA AGUA
El
ácido hipocloroso (C1OH) se forma con la porción de cloro (C1a)
libre que se encuentra en el agua, tanto de suministro como de piscinas. Es un desinfectante, bactericida y alguicida
excelente. Cuando se agrega cloro al
agua sólo una pequeña parte de C1 queda libre para oxidarse y combinarse con el
hidrógeno, para formar el ácido hipocloroso, que es el compuesto realmente
desinfectante. La mayor parte del cloro
se une a los ligantes faltos de electrones presentes en el agua (sílice, alumina,
sulfatos y carbonatos), impidiendo su oxidación y conversión en ácido
hipocloroso.
Al paso por el catalizador, el agua
recibe una provisión de electrones que suple su deficiencia. Los ligantes se separan al recibir electrones
y hacerse moléculas neutras, y liberan el cloro, ya que prefieren los
electrones libres suministrados por el catalizador a los compartidos con el
cloro.
El cloro liberado se oxida y se
transforma en ácido hipocloroso.
En el suministro normal, el agua
tiene cloro en exceso, ya que gran parte de él es inutilizado por los
ligantes. Al pasar por el catalizador,
se libera el cloro de los ligantes. Al
haber suficiente ácido hipocloroso ya en el agua, el cloro se libera a la
atmósfera por los grifos en forma gaseosa.
El sabor del agua mejora; los inconvenientes para la salud del exceso de
cloro desaparecen, y el agua sigue manteniendo su nivel óptimo de ácido
hipocloroso para su desinfección.
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